Se considera que la Creación es Inteligente, pero no se ocupa de cada criatura individual; una vez dictadas las reglas las cosas se desenvuelven bajo su propia responsabilidad.
El ADN es imperecedero, hasta que efectivamente se extinga toda la vida en un planeta. Si el ADN registra toda la experiencia de la vida en todo el transcurso de tiempo que ella tenga (suponemos que en la Tierra es de 3.700.000.000 de años), y con ese cúmulo de experiencia organiza la materia para hacerse de un cuerpo, más exactamente, de un Ser con sus peculiaridades. Existe la muerte del cuerpo, pero no del ADN.
Esta teoría cree en el mérito individual, y en el Karma. El esfuerzo de superación en el que se involucra un individuo suma a la hora de reencarnar, porque se registra en su ADN; pero también sus faltas y errores se registran, y entonces, también cuentan.
Aunque la Inteligencia Superior no se ocupa de nosotros, todo el Universo está lleno de Fuerzas, Potencias y Energías que pueden asistirnos; la reverencia hacia ellos y la deposición de nuestro egocentrismo pueden resultar una excelente guía de conducta.
El Todo Unificado se representa al mundo como una gran sociedad en el que cada miembro cumple con su misión; por eso creen que los animales y los insectos tienen almas y, por lo tanto no comen carne ni quitan la vida si lo pueden evitar.
